domingo, 23 de enero de 2011

Siempre seré tan frágil

Mi conciencia como un delicado halo, frágil, mi conciencia como un no se que, pero siempre tan frágil.
Que hoy tus vestigios bailoteen de un extremo al otro de mi habitación, es como tirar del picaporte del destino y que me conduzca hacia los lechos más insoportables de mi ser. Son penurias que mis ojos solo descifran al anochecer, son pupilas que se derrumban en mi almohada, agua que fluye desde el interior hacia mis manos desnudas, vestidas de equivocación... "mis manos equivocadas"
Sangra y sangran las encías . Dientes que se debilitan por el odio muerden el algodón hasta marchitar la primavera.
Mis árboles sobreviven en un bosque con olor a encierro, con un silencio críptico permanente.
¿Porque ha de seguir vivo en mí aquel siniestro que tala sus propios amores?
Un sauce llorón que grita melodías sordas, agonizando de soledad, muriendo de sed. Sauce que te fundes en palabras titubeantes, victima de las horas del verano asesino; una paloma se deposita cómodamente en tu hombro y picotea tus sueños con una serenidad aterradora, despedaza tu brazos sin piedad.
¿De que me servirán mis diamantes?
¿Viste que fácil es abandonar el crepúsculo por probar el color de las flores del mal?
Mi alma como aserrín embebida en vacío, ¿Porque ha de resucitar en mi el leñador furioso, suicida de sus dichas? Una vez más se rompe el cristal, y mancha mis cicatrices abiertas, una vez más se derrama el sol en mi ventana y su luz no es correspondida por mi espíritu.
Descansa mi bien, descansa, dentro de días he de marcharme para no marchitarte, dentro de algunos días he de partir para no morir.