miércoles, 12 de mayo de 2010

Capitulo 16


Se acercan los ojos, se bifurcan en el aire, se pierden las órbitas de las córneas superpuestas. Se reflejan las imágenes del otro, el otro y la imagen de él mismo, la imagen de uno reflejada en las pupilas de otro.
Se agradan las vibraciones del pecho, se respira con sublime dificultad, se buscan otra vez, cansados, transpirados. Se acercan los ojos, se vuelven a bifurcar.

Descanso...

El sudor se enfría...

Comienza la carrera otra vez, dejando atrás el pasar somnoliento. El deposita la yema de sus dedos en los labios.
Sus bocas se contraen, sienten electricidad en el cuerpo tras ese contacto tan inesperado. El calor los consume, pero no los abruma, no los sofoca.
No los interrumpe la cruz, ni el azul de la luz giratoria. No los interrumpen los pasos rutinarios de la plaza. Caen hasta desmoronarse, entregados, en el lecho de la calma.
Ya reconocen sus olores, construyen sus colores, se miman el aura.
Vuelven a la caricia, el tocar de la piel, el sistema de sonidos, murmullos, ellos.
El viento se pierde entre sus cuellos, lo consume el sutil sonido de los besos. El viento se mezcla con los labios que buscan la piel. El viento se funde entre sus lenguas y su amor.
Los dedos se le entrecruzan entre sus pieles, sus dedos, las líneas de sus manos. Su piel se hunde en el furor de las pulsaciones.
Hay pasiones, muchas, infinitas, tantas como sean posible en ese sueño luminoso.
Juegan, ríen, viven, sienten y vuelven a jugar, siempre.

martes, 11 de mayo de 2010

Otra vez Otoño


Ves en tus muecas, un otoño que pule tus mejillas, las deja coloradas y secas.
Veo en tus ojos el otoño que sonrie tristemente en una ceniza de delirio, de júbilo transparente... en la inercia de vos, en la inercia permanente del eco... el eco de tu voz que redacta en mis pensamientos tus muecas de otoños y tus mejillas de junio.
Se encuentra todo en una dimensión invisible, en una estación de tren, en una imaginación donde sos el déspota de todos mis actos.
El bufón del llanto... un arlequín inocente...guantes blancos empapados de lágrimas.
El cigarrillo desprende sus cenizas en el viento, lento y frio, que se entromete entre mis ropas.
Me busco en tu cielo, de otoño...
porque será que este otoño es tan distinto?
porque deliran mis palabras en base al otoño?