lunes, 25 de junio de 2012

Efecto secundario.

"A una persona. Un alma gemela"


"La naturaleza hace del hombre, lo que el hombre de la vida. El hombre consume tiempo, espacio, almas, sentimientos, personas. Se entromete en los instantes ajenos. El hombre consume vida, mundo. Pero luego, la tierra consume al hombre. El gusano justiciero del arrebato existencial del Homo - Sapiens. El hombre, ser natural, pero expropiador de la patria verde. Carroña como justicia."

Fuimos a la laguna, día de agua,
armados de piel, fugados de realidad,
tomamos el sendero contiguo,
terreno despejado estaba,
estaba despojado,
estaba desmedrado,
me callo y ojos,
camino y me detengo,
manos que me detienen,
ojos que hablan.
Escribo y te pienso.
Una arboleda solitaria al horizonte,
la bestia se asoma en mi sombra,
¡No la dejes entrar! ¡No!
¿Tenés miedo, verdad?
Sacame y llevame
en el caos de la fuga hacia el norte,
caos de la fuga,
caos de la fuga,
con lunas que
entren y salgan.
Corramos a la arboleda, laberinto de cortezas, una mueca y corramos.
Saltemos,
qué espasmo,
qué turbulencia,
que temblor de cielos desgarrados,
de clamores placenteros, 
que labios en movimiento.
Parálisis del habla, sexo danzado.
Te lleno, te dejo.
Llevame fuera, llevame, llevame fuera, fuera, fuera,
donde la bestia no se asome a la ventana,
donde no sucumba al polvo.
En el caos de la fuga,
que me pregunto, que me contesto,
una incógnita como rostro,
una incógnita en la lengua.
Llevame donde la moneda tenga una sola cara,
donde el horizonte no divida.
Sacate el trastabillar en los ojos,
y llevame donde los metros no sean distancia,
donde la bestia no apoye sus dedos decrépitos en mi hombro,
Que cielos desgarrados,
doy y te recibo.
Llevame, traeme, dejame, meteme, sacame,
de este mundo comprimido y inexpugnable.
Tirame a la laguna, y mirémonos las caras a través del agua,
de ojos empapados. 
Donde la bestia no se sumerga.
-¿Has oído?
-¿La arboleda?
-¡No, a la bestia!