sábado, 6 de abril de 2013

De lejos.

Encontré estas lágrimas,
En la lluvia densa de abril,
Cada una corría y a mis ojos,
Arqueados subían encima.
La reina decapitó al alfil,
Dejando huellas de marfil
Salpicando partituras del atril.
Así, así sin más,
El horizonte abrirá sus fauces,
Mientras yo te vea difuminarte,
En el cielo hasta perderte,
Haciéndote ya invisible,
Con el viento inherente.
Hacia un sur que ya no es tan sur,
En un norte demasiado norte.

Así, así sin más,
Tu carne se alejará y mis ojos
Ciegos de vos,
Recorrerán la,
Estela de tu cuerpo,
Hasta perderse.
Mientras yo,
Inane, desesperada,
Frágil mente insospechada,
Mido una distancia lenta
Y desmesurada.
Ya no se si es poesía,
Ya no se qué es poesía,
Hablamos de una palabra,
Que lo inmenso significa,
Hablamos del Flaco o García,
O la brisa secuestrando a las hojas mientras crepitan,
O la luz recortando tu cintura,
Subrayando tus costillas.
Te vas, pero ya no hay miedo,
Quizás elucubrando,
Alcance largos desvelos,
Donde el te veo sea recordando,
Y el te oigo agonizando.

Tanto blanco tanto.

Pero ya no, así sin menos,
Quiero sin menos abrazarte,
Hasta haber inmortalizado vuelos.
Es que, ¡Luna de Marte!
Que hasta el sol alzado 
te observa ruborizado,
Y mis brazos ardieron de amarte.

Podría seguirte,
pero ya no rima,
Y la noche iridiscente,
Veremos desde el continente.
Vos desde el rompiente,
Otros desde la lejana mente.
Río con el mismo ímpetu de mi llanto,
Ya no sé...
¿Y qué veré? si mis ojos ya no riman.
¿Y qué verás, guerrero? Y qué verán
Tu jade y su sabiduría.
Pero ya no, ya está,
Te vi perdido,
Entre la gente, distante,
Mirando de lejos,
Mientras hombro con hombro,
Me mirabas,
De lejos,
pero ya no,
Estabas. Ya no. Estás.

Así que te dejo irte, sin más,
Sin menos, sin dejarte,
Te dejo lejos. Así irte sin
Menos te dejo.
Así.
El día que las palabras inútiles me resultaron,
La noche en que enmudecieron,
En el aire murieron,
Y mis voces fútiles no comunicaron.
Así. De lejos.