domingo, 26 de junio de 2011

Testimonio Primero

Veo como se destiñen las heroicas sílabas del aurora,
se atonan a la oscura invisibilidad de mis raquíticos pensamientos, pero no como las aves que vuelan fino al invisible horizonte, sino como un cuerpo que se sumerge cada vez en más en la profunda incertidumbre.
¿Quien dijo que la naturaleza no te identificó mientras formabas parte de la pieza todavía no escrita?.
Veo la extracción de mis ayeres en la plana figura que imprime el espejo sobre mi cuerpo. Pero todavía no se llevó mis danzas, aún no se llevó mis pies impactando las gotas que me visitan desde el cielo. Todavía no veré a la tierra devorarse mis recuerdos ni deshidratando mis comisuras de mujer.
¿Hablaría de los albatros que están despeinando mis pensamientos?

domingo, 12 de junio de 2011

Pálidas cenizas de la estirpe urbana.

Vastas entrañas congeladas! Fiebre invernal escarchando las avenidas.
De pueril aspecto, te vestís de blanco para maquillar de vos al pequeño verde rodeado de burguesa arquitectura. De estruendosa risa sacudís los cuerpos hipnotizados de rutina, de críptico aliento cortás centímetros de mi piel de lluvia.
Invierno que te aproximás acechando ferozmente los títeres del sistema, las invenciones del hombre moderno, nuestro perfecto sistema materialista. Invierno que esperas asquerosamente ansioso la muerte de tu lacayo otoño, discípulo de tu carne helada... te veo, como sombra entre los edificios, baboso y sonriente con la mortaja entre tus brazos de masculino porte, de transparente fuerza.
Vastas entrañas congeladas! Pálidas cenizas de la estirpe urbana! descomponiéndose, entre tanta agonía, tedio, cansancio, sudor y frió... Enmoheciendo, de soledad.
Macerando el temblor de la sangre que pronto estallará en un vino de avenida, vino de venidas. Vengo en la avenida. Sola, fría, tan urbana, tan poco civilizada.
Vastas entrañas congeladas!! transitás los cordones y las veredas, ahi mi silueta vibra como la ola en la orilla, tan sola, fría y urbana.