jueves, 22 de marzo de 2012

En la cima (acá) rota el todo que alivia la nada.

Busco cuando te
miro,
que subas a la cima del monte
fulguroso donde
la brisa
te acaricie sin
prisa,
leve y tibia,
vertiginosa
pero sumisa.

Sigo cuando te busco,
porque
el sigo es siempre
mi oportunidad,
mi futuro.
Excavo despacio tus ojos
porque mis ojos
quieren tu todo,
porque tu nada
seca la pradera,
y tu todo es muy primavera,
y en tu todo gira
la tierra.

Tus ojos son
sin sombra,
tus ojos
y el canto de
la alondra.
Mi médula me
ordena demencia,
débil indulgencia,
debilidad,
clemencia
que tus ojos me
obligan,
paciencia.

Miro (te deseo) y te
busco,
te miro y la
tierra,
busco la galaxia
y te miro,
sigo buscando
tus huesos porque
desde tu piel veo
el infinito,
busco lo finito y no
te miro,
observo la tierra y es,
tu todo es...
porque me fundo en el
te miro,
de tu luz exorbitante
sigo buscando tus
ojos porque
tu todo alivia
mi nada, porque
desde tus ojos
veo el infinito.